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viernes, 23 de agosto de 2013

Ayer hizo un año que volvimos.

Ayer hizo un año del final de la vuelta a España. Suele decirse que el que regresa de una aventura así no es el mismo que salió, y lo suscribo. Fueron tantas experiencias en tres meses, tantos sitios nuevos descubiertos, tanto tiempo de soledad para pensar en tus cosas y conocerte mejor por dentro, tantos momentos de estrés y de poner a prueba tus conocimientos, tu prudencia, tu improvisación, y también tantos momentos de relajación y contemplación tranquila… esa forma nueva de sentir tus relaciones familiares desde lejos, de ver tu vida diaria y tus problemas desde otra perspectiva, más lejana e imparcial… un disfrute tan intenso de las cosas que te gustan…

Eso sí, ¡qué dura la vuelta al trabajo, a la rutina, a las obligaciones!. Confieso que este verano he mirado todos los días el Anexo al final del libro donde resume dónde estábamos el mismo día de 2012, y me he deleitado un rato recordando las anécdotas de cada jornada. Fue una navegación maravillosa. Os recomiendo sinceramente que no pospongáis vuestros planes de navegación esperando que se den las circunstancias ideales. Aprovechad el barco que tenéis, el tiempo que tenéis, y adaptad vuestros planes a ellos sin complejos. Ya veis que con un barco modesto y con medios modestos pueden vivirse cosas que merecen la pena.

3 comentarios:

  1. Claro que sí, Fernando, pero mientras no dejes de pensar en todo lo que puedes hacer con el que tienes ahora. Mi barco anterior era un Condor 20 y siendo mis hijos pequeños hicimos travesías a otros puertos de Cantabria y Comunidades limítrofes (4 a bordo) y un compañero de pantalán, que también forma parte del grupo de vela con los niños de Valdecilla, ha hecho este verano una travesía de varios días (hasta Plenzia) en un velero de 5 metros con un fueraborda de 2 CV.

    Piensa en esos tres años en dique seco (a veces son más) si te merecen la pena y todo lo que puede pasar en tres años que de al traste con tus planes. Esa es mi principal reflexión.

    Nosotros salimos para la vuelta a España sin todas las garantías de conseguirlo, lo importante fue intentarlo. Si no lo hubiéramos conseguido y hubiéramos vuelto con el Corto Maltés subido en el remolque de un camión, creo que estaríamos igual de satisfechos.

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  2. Son de agradecer tus consejos Álvaro, hoy he estado ayudando a un amigo a echar su barco al agua, ha estado trabajando en el durante casi 3 años en dique seco. Justo al lado nuestro había un Dufour 24 en venta, por unos momentos la imaginación se me ha echado a volar y me ha venido a la mente vuestro viaje. El Dufour me parecía un barco perfecto para hacer algo parecido a lo vuestro.

    Un saludo.

    Fernando Andua

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