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jueves, 15 de enero de 2015

Dormir fondeado...

...es agotador. Uno asocia la noche a un sueño reparador, sobre todo si vienes de navegar 8 ó 10 horas y con el estrés de entrar en un puerto desconocido, en el que todo son posibles peligros. Pero si decides dormir fondeado, es decir, no en el puerto sino en una bahía sólo sujeto al fondo por el ancla, ¡despídete de descansar!. Aunque todo se dé bien (no haya viento, olas ni corriente) estás tan preocupado que duermes con un ojo abierto y te despiertas varias veces preocupado por cualquier ruidito. Lógicamente lo peor es garrear, es decir, que el ancla no agarre bien al fondo y el barco se desplace hacia la costa y termine por encallar. Puede ocurrir cuando el viento o la corriente se invierten (muy habitual en los sitios con grandes mareas), cuando se levantan olas durante la noche, cuando al subir la marea la cadena del ancla tira más en vertical y la desclava, o por pura mala suerte en algunos tipos de fondo. Los peores "tenederos" (es decir, los fondos en los que peor agarra el ancla) son los de algas. Los mejores los de arena. Los de roca son buenos para agarrar pero malos para marcharse, porque cuando el ancla se queda debajo de una roca por supuesto agarra bien, pero ¡cualquiera la levanta luego!. Es normal tenerse que tirar a bucear para liberarla. Son tantos los problemas que pueden presentarse por la noche en un fondeo que cuando hay suficiente tripulación es habitual establecer "guardias de fondeo", que parece absurdo pero consiste en quedarse alguno despierto para vigilar el entorno, como si se siguiera navegando. Pero si estás solo o con poca tripulación tienes que arriesgarte, y a veces...


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