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jueves, 23 de julio de 2015

La Gacilly, y un fueraborda coronado.

Hola navegantes.

Ayer por fin fuimos a La Gacilly. Con la mala experiencia de hace dos días por la pista del canal, decidimos ir por la carretera. Pero casi fue peor. Creíamos que sería una carretera secundaria con apenas tráfico, y resultó ser como una nacional de las de España, con mucho tráfico y especialmente con muchos camiones. Y nosotros con estas minibicis y sin casco!!!.  Al final llegamos tras más de una hora de ir con el alma en vilo.

El pueblo es precioso. Allí termina uno de los ramales del canal y tiene un puertecito para los barcos de paso. Está todo el canal adornado con macizos de flores. Pero lo principal es que es un pueblo de artesanos. Hay nada menos que 36 talleres de artistas de la cerámica, escultores de madera, del hierro, del cuero, joyeros, sopladores de vidrio, etc,
que te dejan ver sus talleres. Estuvimos toda la mañana deambulando por sus calles y lo pasamos muy bien. Además yo que me quejaba tanto de nuestras minibicis he visto que las hay peores.

Para volver habíamos decidido que preferíamos la pista del canal que los riesgos de la carretera. Pero nos indicaron mal el camino y tuvimos que iniciar la vuelta de nuevo por la carretera, con la idea de, a mitad de camino, ir a la Île aux Pies, que ya conocíamos, y desde allí a Redon por el canal. Eso hicimos, pero al tomar la desviación por la carretera aparecimos en la Île aux Pies, sí, pero en la orilla de enfrente, y sin posibilidad de cruzar. O sea que tuvimos que deshacer el camino andado y llegar a Redon de nuevo por carretera.

Finalmente salimos a media tarde para descender el río. Lo hicimos con la mayor y el génova a favor de la corriente del río y a buena velocidad, menos en los tramos en que el viento se encajonaba entre las paredes de los acantilados y nos venía ve cara, en que teníamos que ayudarnos con el motor. Llegamos al puente rulante de Cran justo media hora antes de la última apertura, que es a las 19 horas, y tras pasarlo nos quedamos en el muelle de río abajo a pasar la noche.

Y hablando de fuerabordas, mirad para qué vamos a utilizar la cubierta gastada de la bici pequeña. Como el fueraborda Selva es de 4 tiempos pero de un sólo cilindro (por eso pesa tan poco) vibra mucho y hace mucho ruido. Con la cubierta incrustada entre la carcasa del motor y el banco que se le cierra encima, la vibración disminuye mucho y con ello el ruido, y las travesías a motor son más llevaderas.

Por la mañana en el muelle del puente de Cran nos levantamos con el "mar de humos" que veis en la última foto. ¿A que es bonito?.

Hasta mañana navegantes

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