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lunes, 10 de julio de 2017

Remontamos el río Lérez hasta Pontevedra.

Hola navegantes.

En mi incultura general desconocía que se podía llegar a Pontevedra en barco, aunque sea en uno de poco calado. Pero al estudiar la cartografía de la ría de Pontevedra vimos que en su esquina nordeste está el río Lérez, que llega hasta la ciudad de Pontevedra. Pasa por debajo de varios puentes, pero los dos primeros, que permiten llegar hasta la ciudad, son navegables sin desarbolar (12 metros de vano). Y no solo eso, en la propia ciudad hay unos pantalanes con sitio para los barcos de paso. Pero el río tiene poco calado, con zonas de 1,1 metros (el Corto Maltés con la orza subida cala 70 cm) por  lo que el instrumento más utilizado hoy iba a ser el escandallo, como veis en la primera foto. Nos decidimos a intentarlo hoy.

Había que subir con la marea creciente, porque así si varamos sólo tenemos que esperar unas horas a que suba la marea para reflotar. La bajamar era hoy a las 11.42 y decidimos iniciar la remontada del río dos horas después. Hubiera sido mejor hacerlo cerca de la plea, pero entonces no nos quedaba tiempo para ver Pontevedra. En la espera dimos otra vuelta por Combarro, encontrando que en bajamar medio pueblo estaba en el agua en una agradable tertulia mientras cogían almejas con los rastrillos.

Para hacer un poco más de tiempo fuimos a ver de cerca la isla Tambo. Es un inmenso eucaliptal con algunos pinos, casetas militares en cualquier playa accesible, y un curioso faro en una península, al que se accede por una escalera de caracol situada en el exterior, en vez de en el interior. Un lugar precioso que ojalá pronto podamos disfrutar.

A las 13.55 entramos en el río, que está bien balizado. Nos dejamos arrastrar a poca velocidad por la marea, con el mínimo de motor para tener maniobrabilidad con el timón. A su entrada, y llevando ya dos horas subiendo la marea, solo tenía medio metro de agua bajo la quilla, más dentro el río era más profundo. Hasta su primer meandro la vista hacia popa era deliciosa, pues está centrado por la isla Tambo. Luego se entra en un paisaje urbano no muy bonito, con barrios y coches alrededor.

Las aproximaciones a los dos puentes fueron un poco estresantes. Siempre pasa, aunque hagas un acto de fe para creerte el vano que dice la guía náutica, conforme te acercas la perspectiva engaña y siempre te parece que no vas a caber. Por suerte pasamos sin problemas y a eso de las 14.30 amarramos en el Club Naval de Pontevedra.

Nos recibió primero Moncho, el marinero, y como por aquí no deben venir muchos veleros de paso, luego el presidente del club, que nos explicó sus problemas con la colmatación de lodos de la ría, que está dejando inutilizables algunos amarres en bajamar. Aquí en Galicia estamos sorprendidos por la amabilidad de todo el personal de las marinas, gracias chicos.

Dedicamos la tarde a conocer Pontevedra, una bonita y entrañable ciudad con un centro histórico muy completo y una enorme zona verde en el entorno de un afluente al río Lérez.

En el apartado de chascarrillos, os enseño un barco de nombre Serenguetti, con la decoración acorde, y lo que pasa por querer reutilizar la cartelería de las señales de tráfico.

Mañana intentaremos explorar la isla de Ons. Hasta mañana navegantes.

4 comentarios:

  1. Pero que grandes!
    Os habéis plantado en Pontevedra en un velero!
    Esta si que es buena!
    Saludos y buena proa

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  2. Orense es una ciudad preciosa y muy peatonalizada, creo que hace muchos años que no muere nadie por atropellos alli.

    Creo que en Orense, tambien tiene su motovelero Guillermo Gefaell del foro, experto en barcos clasicos y presidente de la Asociación Galega de Barcos Clásicos e de Época, aunque el despacho de de su estudio naval lo tiene en Vilagarcia.

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  3. Daniel, ¿Te refieres a Ourense o a Pontevedra?.

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  4. Perdon Pontevedra queria decir no Orense, aqui la noticia: https://politica.elpais.com/politica/2017/03/13/diario_de_espana/1489413593_184753.html

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